Qué gran dilema abriga el rumbo de nuestras vidas, y más aun, el destino. ¿Hacia dónde voy? Esta es una pregunta que necesariamente debo responderme tras definir quién soy. Pero supongamos que ya lo sé, que ya decidí cómo quiero vivir. Lo que hoy me da martillazos en la cabeza es que no logro entender hacia dónde voy. ¿Cómo defino mi rumbo?
Se llaman “metas”, objetivos personales, y son las que nos motivan cada día a hacer lo que hacemos. Por ignorancia, por miedo y quizás también por flojera, estamos tentados a elegir las metas que por tradición la sociedad impone.
Si aún estás solo, no tienes hijos ni planeas tenerlos aún, tienes entre 25 y 35 años y tratas de conservar la esencia de alguien de 20, es muy probable que ya te hayan dicho: “¡Hey! ¿Por qué no te has casado?” o “¿Cuándo tendrás hijos?”. Sí, esas son las metas tradicionales que impone la sociedad.
¿Cómo puedo definir y alcanzar mis metas sin que sean las que todo el mundo se plantea? A eso es a lo que voy.
No niegues tu esencia
Si quieres que tus metas sean diferentes, debes aceptar que eres diferente. ¿Te sentirás mal por los reproches de quienes llevan una vida tradicional? Al principio puede que sea así, pero cuando tienes la mente clara con lo que eres, nadie perturba tu propia paz.
Son tus metas, no las de los demás
Se llaman “metas personales” porque son de una sola persona. ¿Qué debes considerar para establecerlas? Sin duda que tus propios intereses personales. Debes tener claro qué te gusta hacer y por qué, y debes ser egoísta en esto. No hay satisfacción personal cuando te planteas metas de los demás. Piensa individual.
Escríbelas, repítelas, memorízalas
A veces tenemos dudas sobre cosas que ya conocemos, pero que hemos “olvidado”. ¿Qué hacemos? Bueno, hoy día googleamos. Y es porque Google, más que solo información, es memoria. ¿Quieres recordar tus metas personales? Respáldalas, como si fuesen una fotografía con un famoso. Repítelas, como si fuesen una canción; y memorízalas como si fueses a una presentación.
Conserva tu rebeldía
Los amantes de “lo normal” te seguirán diciendo que vas por el camino incorrecto. No tengas miedo a retarlos, ¡enfréntalos! Y sigue tu propio rumbo. Te dirán arrogante, loco, inadaptado; incluso te querrán chantajear con el famoso “te arrepentirás”. Esa, sin duda, es la señal de que vas por un camino para nada tradicional.
No te rindas
Lo vas a intentar un millón de veces y fallarás al menos la mitad. Habrás querido renunciar en todas, pero habrá valido la pena por cada vez que acertarás. Recuerda esto cada vez que estés cansado y tú mismo te motivarás.
La vida es en un cien por cien trabajo individual. Incluso lo que haces en equipo es para alcanzar tus metas personales y no las de los demás. Saber quién eres y establecer tus propios objetivos es la clave para que puedas llegar.
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