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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Meterse En Facebook Antes De Irse Dormir Provoca Malestar Mental. Comprobado

Muchas personas invierten más de la mitad del día en conectarse a redes sociales. El boom de Facebook, Twitter y otras páginas similares parece incombustible, y es que hoy en día se ha vuelto frecuente despertarnos y acostarnos con el portátil. ¿Hasta qué punto es razonable este comportamiento? Nadie niega que las redes sociales resulten muy prácticas, pero su potencial para dañar nuestra salud es casi tan alto como su utilidad.

No es ningún misterio que las redes sociales son adictivas. Ya lo fue en su época comprobar el correo electrónico… El caso es que, bien por aburrimiento, bien por “necesidad”, muchísima gente se pasa horas enteras delante de la pantalla, investigando fotos, estados, perfiles… Yo mismo viví una temporada en la que las seis horas diarias de Facebook no me las quitaba nadie, hasta que me di cuenta de que estaba perdiendo el tiempo, porque las redes sociales no son un sustituto de la relaciones personales.

¿Qué ve una persona que permanece hasta las tantas conectada a Facebook? Que Fulano no contesta a sus mensajes, que Mengano salió anoche con sus amigos y no le dijo nada, que la chica que le gusta escribe indirectas en su estado dirigidas a otro… Todos estos detalles, nimios en realidad, bastan para convertir nuestra mente en un hervidero de preocupaciones sin sentido. Fulano no contestará porque está ocupado, no porque no te preste atención; Mengano tiene más amigos aparte de a ti; y los comentarios que alguien pueda hacer nunca son representación de la verdad, sino de lo que nosotros queramos pensar.  Nuestro cerebro interpreta lo que quiere y, como dice el refrán, “piensa mal y acertarás”.

¿Qué sucede si todo esto ocurre antes de irse a dormir? Pues que uno acaba por no dormir, o duerme fatal. Y si a eso le sumamos el acostarse tarde y el levantarse temprano, tendremos un atentado contra la salud brutal. Dormir unas ocho horas, dependiendo también de cada persona, es uno de los tres pilares de la salud. Si las redes sociales te privan de esa necesidad, flaco favor te hacen. Y por no hablar de lo que supone minar tú mismo tu autoestima, día tras día, por culpa de cuatro estupideces colgadas en el muro de cualquier imbécil.

Las redes sociales son una herramienta y deben emplearse como tal, no como arma de destrucción masiva. Del mismo modo que utilizar la calculadora puede hacer que olvides cómo se multiplica, engancharte a Facebook, whatsapp o cualquier otra red social, puede idiotizarte hasta extremos insospechados. Pruébalo. Solo por esta noche. Cena tranquilo, escucha música, lee, mira la tv, lo que quieras, pero no te metas ni en Facebook y apaga el móvil.

Mañana nos comentas qué tal te ha ido.

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