¿Os imagináis al presidente del Gobierno obligado a tener sexo con un cerdo? ¿O que un osito de dibujos se presente a las elecciones en plan Podemos? ¿O comprar un clon robot de una persona que ya esta muerta? Esto son solo unos pocos ejemplos de lo que hemos podido ver hasta la fecha de Black Mirror, concentrado en 2 temporadas de 3 episodios trepidantes cada una.
En el suplemento ¿Por qué nos gustan las series? que publicó La Vanguardia el pasado 6 de diciembre se dice de Black Mirror que “es una serie que da un paso más allá para mostrarnos nuestro yo del futuro” y explica que este Espejo Negro hace referencia a las pantallas apagadas de las nuevas tecnologías (smartphones, ordenadores portátiles, tablets…), que a su vez muestran el reflejo más oscuro de nosotros mismos en dichos artilugios.
Black Mirror es un experimento sociológico de ciencia ficción que nos advierte sobre los peligros de los avances tecnológicos: lo incontrolable de las redes sociales, de cómo hacer espectáculo de la tortura, de la viralidad supersónica de un vídeo, del deseo de notoriedad mediante la exhibición personal, de memoria registrada en microchips… pero también tiene suspense, drama, política, periodismo y sociedad de la información. Black Mirror habla de un futuro no muy lejano que intuimos haciendo una perfecta cirugía social.
Por eso tenemos tantas ganas de que vuelva. Y no lo hará de cualquier manera. John Hamm (Mad Men), será el protagonista e hilo conductor del episodio especial de navidad que se estrenará el 16 de diciembre (el 29 se podrá ver en España por TNT), bajo el nombre de Yuletide, título que hace un guiño a las fiesta de Yule de la mitología germana y el paganismo nórdico. Y estas son las razones para no perderse Black Mirror.
1. Autoconclusiva e independiente
Cada episodio tiene una resolución del tema que se plantea y además no tienen relación entre ellos. Por lo que puedes mirarlos de manera salteada como si fueran películas de 40-60 minutos, aunque te recomendamos que los mires todos porque no te van a decepcionar.
2. Breve pero intensa
Empezar una serie que tiene 8 temporadas de 20 capítulos de casi una hora cada uno a veces da cierto palo. Pero con esta serie no valen las escusas. Son solo seis episodios que los puedes consumir a pequeñas y racionadas dosis como el caviar o a piñón en una maratón seriéfila como si fuera un buffet libre de un WOK.
3. Críticas y reflexiones necesarias
Televisión, móvil, tablet, ordenador… estamos enganchados. Estamos obsesionados y obcecados. La serie nos hace pensar mediante el uso de humor negro, sátira e ironía sobre nuestro abuso y dependencia de la tecnología. Una macrohipérbole que asusta que te cagas cuando te das cuenta que no está tan lejos.
4. Reflejo de nuestro futuro…¿inmediato?
Todo apunta a la autodestrucción del ser humano en una visión tremendamente pesimista de nuestro futuro.
5.Creatividad y originalidad
Black Mirror es una de las producciones más sorprendentes e innovadoras que se ha visto en los últimos años. Nos excita con situaciones hipotéticas que a priori parecen impensables que desembocan en una reflexión que suele terminar en preguntas como ¿y si realmente esto pasara? ¿es posible que lleguemos a esta situación?
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