Lo sabes. Se nota en el aire. Te acercas a los 30 irremediablemente y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Se mastica la tragedia… O peor todavía: ya los has cumplido. Llegó el maldito cambio de década. Te va a costar mucho acostumbrarte a escribir un tres en lugar de un dos cuando rellenes la casilla “edad” en los formularios.
Pero si hay algo que te saca de tus casillas son todas esas frases típicas y tópicas sobre los 30 que la gente te suelta tan felizmente, como si nada, cuando ya los has cumplido. Aquí tienes nueve ejemplos de frases cuyos autores deberían ser condenados al fuego eterno.
“Si es que ya no tienes 20 años…”
Ponte en situación: llegas a casa después de estar toda la noche de farra, quemando la ciudad. Pero ahora que tienes 30, trasnochar te pasa factura, y al llegar a casa no luces la mejor de tus caras. Más bien pareces un gremlin con resaca. Entonces te encuentras con alguien y te suelta la frase mágica. ¡Así da gusto regresar a casa!
“Te están saliendo arruguitas en los ojos, pero son de sonreír tanto”
Desde luego, un cumplido tan cursi como destructor. Ya que te gusta tanto sonreír, aprovecha ahora para esbozar tu mejor sonrisa y responde: “¿Por qué no te vas a la mierda un ratito?”.
“¿No piensas sentar la cabeza?”
Lo tuyo es la variedad, y te gusta cambiar de pareja más que de gafas. Pero claro, parece ser que eso es más propio de los alocados 20 y a los 30 ya debes sentar la cabeza y encontrar al amor de tu vida. Un consejo: ni puto caso.
“Yo con 30 años ya tiraba de una casa para adelante”
Típica frase de las madres o padres. Vale, que sí, que tenías críos, un piso y un matrimonio súper feliz. ¿Quieres que te demos una medalla al mérito o te conformas con que te pongamos una calle?
“Tienes que encontrar un trabajo estable”
Claro, claro… ¡Como si fuera tan fácil! Y si puede ser un trabajo aburrido y rutinario y hasta el fin de los días, mejor, ¿no?
“¿Es que no te gustan los niños o qué?”
Especialmente si eres chica, vas rozando los 30 y largos y todavía no has tenido descendencia, escucharás con frecuencia frases parecidas a esta. Es también típica la de “que se te va a pasar el arroz”. Deja a todos alucinando con una buena respuesta, por ejemplo: “Sí, los niños me gustan mucho. Ayer me comí dos al ajillo”.
“Señor/a, ¿me puede devolver la pelota?”
¿Señor? Solo cuando oyes esta frase emanando de la dulce voz de un niño sabes lo mucho que duele. Te destrozará el corazón. Sentirás la tentación de devolverle la pelota, pero de una enérgica patada y directa a la cabeza de ese pequeño y maldito bastardo que se ha atrevido a llamarte así.
“¡Que hay que empezar a cuidarse!”
Tu cuerpo serrano ya no es tan serrano como a los 20, y ahora los excesos con la comida (y la bebida) se empiezan a notar, en forma de barriga en ellos y de cartuchera en ellas. Tú ya eres consciente de eso y te jode, pero lo que más te jode es que venga alguien a recordarte que tienes que hacer dieta.
“Lo siento, pero es que eres muy mayor para mí”
Sin duda, la peor frase de todas las que puedes oír a los 30. Te dejará fuera de combate y desmontado por completo, sintiéndote como un despojo humano. Por cierto, ¿oyes eso? Son tu juventud y tu sex-appeal gritando mientras caen por un precipicio… Seguramente, necesitarás guardar cama durante unos días para recuperarte tras esta dosis de sinceridad asesina.
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