Tener algunos kilos de más no tiene por qué afectar a nuestras relaciones sexuales. Más bien lo contrario, según afirma un reciente estudio de la Universidad de Erciyes en Kayseri (Turquía) que afirma que la grasa abdominal puede aportar una serie de beneficios a nivel sexual.
Para su experimento, los investigadores contaron con 200 hombres adultos sanos a los que realizaron un seguimiento de sus relaciones sexuales durante aproximadamente año y medio. Antes de empezar, analizaron el índice de masa corporal (IMC) de los voluntarios.
Los resultados del estudio revelaron que los hombres con un IMC más alto tenían relaciones sexuales más duraderas que aquellos que tenían un IMC más bajo y pesaban menos. La media de relaciones sexuales fue de unos 5 minutos.
Otra de las conclusiones extraídas de la investigación aclaraba con un ejemplo que si un hombre tenía 100 relaciones sexuales al año, el que tuviera la barriga más voluminosa tendría un total de 8 horas más de sexo que uno que tuviera el abdomen firme y marcado.
El motivo de esta diferencia entre personas con o sin abdomen firme es puramente biológica: la grasa abdominal provoca la segregación extra de una hormona llamada extradiol que permite que el orgasmo masculino se retrase un poco más en las relaciones sexuales. A más producción de esta hormona, más duradera será la sesión de sexo antes de llegar al clímax.
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