La historia del fundador de SunLife Organics, una cadena de zumos creada en Malibú, es un relato de superación. Khalil Rafati pasó de vivir en la calle y consumir heroína a amasar una fortuna, así lo cuenta en el libro I forgot to die (Se me olvidó morir). Rafati se trasladó a California en los 90 y entonces empezó a llevar una vida peligrosa, empezó a consumir heroína y se convirtió en un adicto, en 2001 casi muere a causa de una sobredosis y poco después acabó en la cárcel. Al salir, Rafati vivía en la calle y recuerda que casi no comía, tan solo se drogaba y según declaró a The New York Times «había tocado fondo».
Rafati decidió dejar las drogas y después de conseguirlo, fundó Riviera, un centro para alcohólicos y drogadictos, y allí empezó a experimentar con los zumos y los batidos, que servían para fortalecer a los pacientes y ayudarles. Los batidos tuvieron tanto éxito que no solo los consumían los pacientes del centro, gente de todo Malibú empezó a comprarlos.
Cuando vio que no era sostenible que personas que no formaban parte del centro hicieran cola para consumir sus batidos, Rafati decidió abrir un bar de zumos. Desde entonces, SunLife Organics se ha convertido en una exitosa empresa que tiene seis locales repartidos por Los Ángeles y Khalil Rafati es un millonario gracias a esto, pero no ha olvidado de donde vino, así que para sus locales contrata a personas con problemas que necesiten algún tipo de ayuda.
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