Cerca de Husdson Bay, en Canadá, las cámaras captaron algo hermoso: un gesto de solidaridad entre un oso polar y un pobre perro que se hallaba atado a unas rocas por un cordón.
Alguien ató la cuerda alrededor del cuello del perro y lo dejó solo a la orilla del lago. El oso, que pasaba casualmente no pudo seguir de largo y fue a ofrecerle algo más que compañía a este perro: acarició suavemente su cabeza como quien consuela a otro ser angustiado y triste.
A veces, los animales pueden ser muy sensitivos y captan la angustia ajena, incluso la de otro animal.
Por eso, el oso decidió actuar y sacar su instinto maternal para darle su mejor muestra de cariño al perrito.
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