La historia de este hombre empieza hace muchos años, cuando era un apenas un niño, y visitaba el lago tratando de pescar truchas para el almuerzo. No obstante, el lago de su pueblo era extraño, el agua era de un tono verdoso y siempre emergían a la superficie burbujas, como si un objeto pesado estuviera hundiéndose en el lecho.
Pasaron los años y y el hombre dejó de darle importancia al asunto. Sin embargo, casi 50 años después cuando tuvo la oportunidad de volver a su pueblo natal, revivió su infancia en el lago en una conversación con sus antiguos vecinos. Lo que parecía ser una trivialidad rápidamente despertó la curiosidad de todos, la gente se abalanzó a mirar en el lago.
Había algo allí, eso era seguro. Ahora podían verlo. Sin embargo, era muy pesado y tomaría mucho esfuerzo poder sacarlo. Poco a poco, la idea de extraer lo que fuera que reposara en el fondo de lago empezó a tomar forma, y entonces, hicieron emerger al monstruo que yacía a 7 metros de profundidad.
Se trataba de un tanque T-34 de fabricación soviética, probablemente capturado por el ejército alemán a los rusos, y arrojado al lago después de agotar su combustible para evitar que fuese recapturado
El descubrimiento fue tan impactante, que el club de historia local decidió organizar un museo donde pudieran exponer el tanque
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