La monja japonesa Kosaka Kumiko fue detenida en la Penitenciaría de Agua de las Avispas, al oeste de Buenos Aires Argentina, acusada de haber facilitado y consentido violaciones de parte de sacerdotes.
Aunque en su declaración se desvinculó de los hechos, la religiosa estuvo involucrada en el abuso de niños sordos en el Instituto Antonio Próvulo para pequeños que no pueden oír.
La monja fue acusada por una ex alumna de haber ocultado con un pañal la hemorragia que sufrió cuando presuntamente fue violada cuando era niña por el sacerdote Horacio Corbacho, quien ya fue detenido, junto a otro cura implicado.
El portavoz del fiscal general de la provincia de Mendoza dijo a The Associated Press que la monja, quien se entregó después de estar un mes prófuga, es acusada de “comisión por omisión de abuso sexual con acceso carnal en concurso ideal con abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser el autor encargado de la guarda y por ser cometido contra un menor”.
Por si fuera poco, además de solapar a los curas violadores, a la monja se le acusa de golpear a los alumnos y de “estudiar” a los que tenían personalidad débil para entregarlos a los sacerdotes, además de corromperlos mediante la visualización de pornografía.
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