Alejado del centro de la ciudad de Chichicastenango, Guatemala, en una colina poco visitada por turistas, se encuentra uno de los cementerios más coloridos del mundo.
Se trata del Cementerio General, que es parte de la tradición maya y cuenta con lápidas repletas de color que hacen del paisaje un lugar vibrante y único.
Si bien para muchos es opuesta la exhibición de color con la pérdida de vidas, la tradición maya indígena busca honrar a los muertos y alienta a los vivos a hacer las paces con la muerte, algo que a todos nos llegará.
Color, simbolismo y respeto
Todo el año, en la ciudad K'iche 'de Chichicastenango, se realizan ofrendas de velas, inciensos, flores y hasta pollos para el cementerio. Además, las familias limpian y pintan las tumbas de sus seres queridos durante el Día anual de los Muertos.
Los colores de las lápidas tienen para los lugareños un gran simbolismo, el blanco representa la pureza, el amarillo la fuerza vital del sol, y el turquesa es utilizado para la protección. Pero también las familias pueden optar por pintar las tumbas con el color favorito de los difuntos.
La influencia maya religiosa
Si bien el catolicismo romano es la religión que predomina, se sigue infundiendo el ritual maya, logrando una fusión entre ambas religiones.
En Chichicastenango, fue descubierto el Popol Vuh, el texto sagrado que documenta la creación de la humanidad de acuerdo a la visión maya, en el siglo XVIII y hasta el día de hoy es parte de las creencias y prácticas de la zona.
El cementerio es sin duda uno de los más únicos del mundo, con sus colores vibrantes y llamativos. Pero sin duda es un lugar lleno de respeto que busca honrar la vida de los que ya no están y busca acercarnos con a la muerte con menos temor. ¿Lo conocías?
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