Fue uno de los nombres que se le dio a la Revolución de 1868 en España. También conocida como Revolución de Septiembre, o la Septembrina.
El 18 de septiembre de 1868 los generales Prim y Serrano, contando con la escuadra del almirante Topete se sublevaron contra la reina Isabel II. Escogieron la capital andaluza de Cádiz como cuna del alzamiento militar.
Al pronunciamiento de Topete en Cádiz se le unieron rápidamente sublevaciones populares en diversas zonas del país y, en menos de diez semanas, obligaron a la reina Isabel II a abandonar España y huir a Francia junto a su hijo, el futuro rey Alfonso XII.
Habían ganado los progresistas y fueron ellos quien denominaron este pronunciamiento militar como la "Revolución Gloriosa", que había triunfado con gran facilidad en el país.
Sin embargo, para entender esa victoria de los progresistas hay que tener en cuenta los precedentes políticos y sociales del momento, como las prácticas dictatoriales del general Narváez y las de su sucesor, el ultraconservador Luis González Bravo –que siguió con la política autoritaria y represiva de su antecesor–, en los últimos gobiernos moderados que extendieron la impopularidad del régimen moderado y, en gran medida, de la reina Isabel II, que siempre les había apoyado.
La crisis económica iniciada en 1866 también incrementó el descontento entre la ciudadanía española de mediados del siglo XIX.
Dentro del panorama político español, la muerte del general O'Donnell en 1867 marcó el comienzo del acercamiento de la Unión Liberal, liderada por el general Serrano, a los progresistas con el propósito de poner fin al reinado de Isabel de Borbón.
Los progresistas, dirigidos por el general Prim, y los demócratas, partidarios del sufragio universal, habían firmado en 1866 el llamado Pacto de Ostende por el que se comprometían en coalición a conseguir el objetivo de derrocar a Isabel II.
Sexenio democrático
A partir del triunfo de la revolución y durante seis años conocidos como el Sexenio Democrático (1868–1874) se intentará crear en España un nuevo sistema de Gobierno.
La coalición de liberales, moderados y republicanos se enfrentó a la ardua tarea de encontrar un gobierno óptimo que sustituyera al de la ya exiliada reina Isabel II de Borbón.
Al principio las Cortes rechazaron el concepto de una república para España, y el general Francisco Serrano fue nombrado regente mientras se buscaba un monarca adecuado para liderar el país bajo una recién aprobada constitución de corte liberal promulgada por las Cortes en 1869.
Juan Prim, el eterno rebelde contra los gobiernos isabelinos, fue nombrado dirigente del gobierno en 1869 y el general Serrano se encargó de la regencia, y suya es la frase: «¡Encontrar a un rey democrático en Europa es tan difícil como encontrar un ateo en el cielo!».
Finalmente se optó por un rey italiano, Amadeo de Saboya, pero su reinado tan solo duró dos años y un mes, entre 1871 y 1873.
A partir de La Gloriosa, España vive el primer intento de su Historia de establecer un régimen político basado en la democracia, primero en forma de monarquía parlamentaria, durante el reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873), y después en forma de república, la Primera República (1873-1874). Sin embargo, ambas fórmulas acabarán fracasando.
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