Datos de Chernóbil que solo unos pocos conocen
Kopachi: el pueblo enterrado
Decíamos que las dimensiones del desastre fueron formidables. Como consecuencia, se decidió enterrar Kopachi, un pueblo vecino junto a la central nuclear de Chernóbil. La razón es que la contaminación era incompatible con la vida.
Sin embargo, no se pudo cometer mayor error, ya que el material se filtró por la canalización del agua. Esto provocó que el problema se prolongara durante mucho más tiempo del deseado. Hoy en día sólo hay hierba y los marcadores de radiación aún son elevados.
La planta continuó operando hasta el año 2000
Somos muchos los que pensábamos que el accidente había provocado su cierre, pero no fue así. Después de que se limpiaran los restos más importante,los soviéticos la reabrieron hasta que se disolvió la URRSS en 1991. Tras este hito histórico la central quedó en manos de la recién independizada Ucrania.
A pesar de que esta aseguró que la cerraría definitivamente en 1993, los conflictos con Rusia y los constantes problemas energéticos, retrasaron el momento hasta el año 2000.
Hubo un segundo incendio en 1991
No podía ser de otra manera. Los responsables se saltaban los protocolos de seguridad y la inversión en mantenimiento era escasa. No, no podría ocurrir otra cosa distinta a lo que sucedió: otro accidente en los generadores que quedaron intactos.
El resultado fue una explosión de energía eléctrica, que culminó en un incendio en el cuarto de turbinas. Afortunadamente, se controló antes de que se repitiera la catástrofe.
Los costes de la limpieza ahogaron los presupuestos del Estado
Según los datos de Chernóbil, la inversión posterior al accidente fue enorme. Además de la limpieza, tuvieron que reubicar a la población de la zona en otros lugares y proporcionar asistencia médica
Todo ello ha durado tanto, que en el año 2005 Ukrania destinaba aún el 5% de su presupuesto a programas vinculados al desastre.
El mito de los buceadores suicidas
Tras la explosión quedaron restos de material radiactivo derretidos bajo el reactor. Esto suponía una inmensa amenaza, ya que podría entrar en contacto con agua de enfriamiento situada debajo del mismo y destruir la central entera.
Sabiendo esto, se difundió el mito de que 3 buceadores voluntarios se atrevieron a adentrarse en el lugar para drenarlo. Con ello, consiguieron salvar un número de vidas incalculables, pero su valentía les costó la vida. Poco después de conseguir su hazaña, murieron.
Lo cierto es que los datos de Chernóbil apuntan que fueron varios los que entraron, que el nivel del agua estaba a la altura de sus rodillas y tras ellos, han sido bastantes más los que han trabajado en esta labor. Todos ellos sin un final tan fatal.
La zona del desastre se ha convertido en un santuario animal
Es posible que pienses en la zona del accidente como un lugar desierto, sin más vida que la de las plantas que lograran sobrevivir a la radiación. Sin embargo, se ha convertido en un paraíso para los animales. Libres de los cazadores, campan a sus anchas. Desde ratones hasta lobos.
A pesar de que en un principio se vieron afectados por mutaciones y enfermedades, con el paso del tiempo, los efectos se han reducido, dando lugar a este increíble muestrario de animales.
Los samosely
Como decíamos, el gobierno quiso reubicar a la población que vivía en la zona afectada. Pero hubo gente que se negó a su reasentamiento y quisieron quedarse en sus hogares. La mayor parte de ella, fueron personas mayores que no querían abandonar su hogar. A partir de entonces, tuvieron que sobrevivir por su cuenta y lo lograron.
Lo ocurrido en Chernóbil es un reflejo de lo peor y lo mejor del ser humano. La dejación y la irresponsabilidad, por un lado, pero, por otro, también sacó a relucir la valentía y la generosidad de muchos seres humanos que arriesgaron sus vidas para salvar a los demás.
