“Si un animal pare en el matadero, su cría no existe legalmente y se elimina”

Paco trabajaba en uno de los mataderos más importantes del norte de España. Prefiere mantener el anonimato, tanto de su lugar de trabajo como su nombre completo por las posibles represalias de la industria cárnica. Que cada uno se monte un confidente en la cabeza, que en este caso es secundario. Trabajar en un matadero, según nos cuenta, "es algo para gente muy ruda."

Él ya no trabaja allí porque se le acabó el contrato, pero tampoco podría volver porque " quien está allí es porque aguanta mucho. Demasiado.", sentencia. Estas son las razones por las que decidió abandonar su puesto de trabajo:

1. “La industria de la carne porcina aprovecha también animales con tumores para elaborar embutidos.”

Según nos cuenta Paco, las cerdas que han sido madres y han tenido muchas camadas son propensas a tener cáncer en los senos. “Suele ocurrir cuando se les fuerza a tener 3 partos al año de 14 lechones. Este estrés en sus mamas hace que sean más propensas a tener cáncer de mama.”Esas cerdas no son muy interesantes desde el punto de vista gastronómico y son destinadas a embutidos como chóped, salchichas y productos de menor calidad.

En el matadero al abrirlas, nos cuenta de primera mano que “ se les ven los tumores llenos de pus. Lo normal es que se les extirpen, se corta la zona afectada y el resto del animal continúa la cadena para su despiece. Esto sólo pasa con animales con un solo tumor o localizado. En el caso de tener varios, se desecha el animal por completo.”  

2. ”A veces, los animales se escapan dentro del matadero y ven los cuerpos descuartizados de sus iguales.”

A pesar de que los procesos de las cadenas están probados y son seguros y eficientes, en ocasiones hay animales que aparecen en sitios donde no deberían estar. Así lo cuenta el extrabajador: “Se escapó un cerdo y vio colgando a sus hermanos. Las experiencias cuando sucede algo así son dantescas, en ocasiones las vaquillas se vuelven locas y tiene que acudir la policía para acabar abatiéndolas a tiros con una escopeta". De hecho, un caso así sucedió el pasado noviembre en el Matadero de Argentona (España) y al final los Mossos D’esquadra lo tuvieron que reducir a tiros en las calles de Mataró, un municipio cercano.

3. “Si aparece en la sala una cerda embarazada no registrada, se vacía y se tiran los fetos.”

Los ganaderos no tienen intención de sacrificar animales que van a parir, pero algunas veces, se les cuelan entre los elegidos para pasar por las manos de los operarios de los mataderos. Al llegar al momento en que se tienen que abrir en canal, los trabajadores de los mataderos a veces se encuentran con la sorpresa de los fetos dentro de la tripa de la madre. “En este caso, lo único que pueden hacer legalmente es coger los fetos y tirarlos a la basura. Es un tipo de carne que no pueden utilizar y desechan esos proyectos de animales.” comenta Paco.

4. “Si un animal pare en el matadero, su cría no existe legalmente y se elimina.”

Según nos cuenta Paco, él asistió a un nacimiento de una yegua al entrar en el matadero. “ Al estar dada de baja la madre de los sistemas informáticos, el potrillo nacido tuvo que ser sacrificado porque no se le podía dar de alta en el sistema: era un fantasma, al haber nacido de un animal que ya no estaba en las bases de datos.” Un problema burocrático acaba con la vida de esos animales.

5. “En ocasiones, los trabajadores de los mataderos juegan con los genitales de los animales muertos.”

Nuestro confidente Paco, nos comenta que las condiciones de trabajo en estos lugares son muy duras y que algunos empleados desnaturalizan a los animales para acabar jugando con ellos sin ningún tipo de remordimiento: "Al novato le pegaban los pezones de cerda en la espalda o se los metían en el bolsillo, para que se llevara una sorpresa. También mutilaban las vaginas de las cerdas y se las tiraban a la cara, como si fuera un juego de niños.” nos comentaba el extrabajador.