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jueves, 16 de febrero de 2017

Hay personas que, por su cronotipo, no deberían madrugar nunca

Hay gente que, antes de que salga el sol, ya han desayunado, limpiado la casa y organizado su agenda. Sin embargo, para la mayoría de las personas, levantarse de la cama con los primeros rayos del sol es una auténtica proeza. De hecho, hay quienes son justo lo contrario: son mucho más eficaces  y productivos por la noche.

Así, los científicos han creado dos grupos opuestos: los matutinos o alondras, que se despiertan temprano y aprovechan al máximo las mañanas y los vespertinos o búhos, cuyo rendimiento aumenta a medida que avanza el día. Sin embargo, ahora un estudio realizado en el Instituto de Investigación de biología Molecular y Biofísica de la Academia Rusa de Ciencias reveló que en realidad hay mucho más detrás de estos cronotipos y que ciertas personas no deberían madrugar jamás.

Personas "aletargadas" y personas "enérgicas"

Estos investigadores analizaron a 130 personas, quienes tuvieron que mantenerse despiertas durante 24 horas con el objetivo de analizar su nivel de energía. De esta forma descubrieron que hay personas que pueden pasar todo el día con un bajo nivel de energía, a quienes catalogaron como “aletargados” mientras que otros podían mantenerse más activos, a pesar de la privación del sueño e independientemente del horario al que se hubieran levantado, a estos últimos se les denominó “enérgicos”.

Estas nuevas categorías indican que para las personas con menos energía sería nefasto madrugar. De hecho, es probable que su problema se deba a que su ritmo circadiano no está bien sincronizado con el ciclo natural de luz y oscuridad.

Básicamente, la luz solar es una especie de reloj natural que estimula nuestro organismo para que deje de producir melatonina, la hormona que provoca el sueño. De esta forma logramos mantener un nivel de alerta adecuado durante el día. Al contrario, cuando cesa la luz, aumentan los niveles de melatonina y nos vamos adormeciendo. 

En las personas madrugadoras y energéticas, su mayor pico de actividad llega al mediodía, que es cuando más intensa es la luz solar. Sin embargo, las personas vespertinas o aletargadas no estarían tan sincronizadas con este ciclo de luz, por lo que su rendimiento suele ir aumentando lentamente a lo largo del día.

Estas diferencias se deben, entre otros factores, a nuestro ADN. Según una investigación realizada en el Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría de Tokio, el gen PER-3, uno de los genes de nuestro reloj biológico, determina la propensión a levantarnos más tarde o más temprano, así como nuestro nivel de energía a lo largo del día.

¿Por qué deberías conocer y adaptar tu ritmo de vida a tu cronotipo?

Conocer tu cronotipo te permitirá funcionar siguiendo tu ritmo circadiano natural, lo cual no solo repercutirá en tu productividad sino también en tu estado de ánimo y en tu salud. De hecho, se ha demostrado que cuando se produce un desajuste del ritmo circadiano la persona es más propensa a padecer obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer. Además, aprovechar los momentos de mayor productividad te permitirá hacer más con menos esfuerzo, lo cual redundará positivamente en tu estado de ánimo.

De hecho, el ritmo circadiano es tan importante que médicos del Hospital Paul Brousse de París han llegado a afirmar que la quimioterapia se debería aplicar en correspondencia con este ciclo ya que se conoce que las células de ciertos tipos de linfoma tienden a dividirse más entre las 9 y 10 de la noche. Al contrario, las células intestinales tienden a hacerlo a las 7 de la mañana y las de la médula ósea al mediodía. Por tanto, si la quimioterapia se aplicara en esos momentos, sería más eficaz y menos tóxica.

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