Los años nos hacen más sabios o por lo menos eso nos dicen. Siempre vemos a otras personas que parecen madurar, cambiar y transformarse de tal manera que pareciera que están logrando todo lo que se propusieron en la vida, mientras tanto, nos sentimos como esos preadolescentes lleno de miedos, inseguridades y contradicciones. La realidad es que esas personas son iguales que nosotros, llenas de un miedo irracional por no estar haciendo lo que todos los demás parecen lograr. El infierno son otras personas y es que su reflejo nos quema en lo más profundo.
Por eso nos distinguimos de los demás. Cada cicatriz es una herida que cuenta una historia y los tatuajes pueden tener el significado más absurdo, pero también el más profundo. Tal vez la religión no es lo tuyo, pero la espiritualidad existe en la mayoría y hay símbolos ancestrales que si bien llegan a perder un poco de importancia dependiendo qué tan alejados están de su contexto, su significado suele ser universal, por lo que todos pueden identificarse con él.
Unalome. Un significado que encierra la trascendencia de cada individuo por la tierra. El caminar se convierte en una tarea reflexiva que nos tardamos tiempo en comprender, el tiempo se pierde sólo para darnos una lección y nuestras acciones son malas sólo para después demostrarnos que a través de ellas aprendemos el verdadero significado del bien.
El símbolo de tradición budista recorre el significado de la transición. Móvil y finito, representa la ruta que cada persona toma a lo largo de su vida. El camino puede ser recto, circular o caótico, pero siempre estará lleno de temor, ansiedad, terror, felicidad, amor y mucho más. Comienza en el centro de una espiral y ahí es donde se muestran las debilidades que nos unen a un mundo lleno de miedos e inseguridades.
El camino cambia cuando la persona se ilumina y transforma su ser y por lo tanto sus acciones; cuando aprendes a verte como eres desde fuera y no te ciegas por creer que tu verdad es la única. Sales del círculo vicioso para encontrarte con tu verdadero yo, pero somos humanos y los humanos recaen en las mismas prácticas. Incluso intentándolo es difícil alejarte de lo que eras antes, eso representan las siguientes espirales.
El enfoque, la claridad y la búsqueda de nuestro verdadero ser hacen que la línea se enderece. Caminar en la rectitud es una metáfora no muy alejada de lo que realmente significa, ése es el camino de la iluminación, el bien total, la culminación de todo el pasado que demuestra que estamos listos para entender qué es lo que somos.
Para concluir, un punto separado del resto del diseño es el fin último, pero está alejado, pues también ahí hay incertidumbre. Desconocemos la verdad última y aunque no la podamos ver no significa que no se encuentre ahí. La prueba de que es el camino el que nos transforma y que al final la recompensa es mayor a lo que esperamos.
No se trata de un tatuaje que simplemente quiere decir que buscamos espiritualidad barata, es un recuerdo constante de que somos nómadas existenciales caminando en busca de mejorar, tal vez no para los otros, pero sí para nosotros mismos.
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