Para hacer la búsqueda más precisa, los investigadores de este estudio usaron la técnica genómica de célula única, que permite ver en detalle las diferentes expresiones genéticas de cada tipo de célula y tener una apreciación más exacta de ellas.
El cuerpo humano debe ser uno de los organismos más conocidos por la ciencia. Estudiado por siglos, nos da la impresión de que ya sabemos todo de él, pero la verdad es que nunca nos deja de sorprender. Como ahora, en que un grupo de investigadores descubrió cuatro células de la sangre que nade sabía que existían.
Los tipos de células de la sangre suelen identificarse basándose en las proteínas que estas expresan en la superficie, pero esta técnica puede pasar por alto ciertos tipos de células difíciles de identificar o que son muy raras, publica IFLS. Para hacer la búsqueda más precisa, los investigadores de este estudio usaron la técnica genómica de célula única, que permite ver en detalle las diferentes expresiones genéticas de cada tipo de célula y tener una apreciación más exacta de ellas.
Así fue como los científicos de Infección e Inmunología de la Fundación Wellcome, pudieron descubrir nuevas clases de leucocitos (glóbulos blancos), que son una parte importante del sistema inmunológico. Los leucocitos se subdividen en diferentes tipos que cumplen distintos roles en combatir las infecciones. Este último estudio, publicado en Science, ha encontrado dos nuevos tipos de células dendríticas y dos de monocitos.
Las células dendríticas conectan el sistema inmunológico innato, que involucra las defensas de la piel y las membranas que ayudan a combatir la infección, y el sistema inmunológico adaptativo, en que las células especializadas procesan y eliminan patógenos y retienen una memoria que previene de adquirir la misma infección otra vez. El rol de las células dendríticas es tomar fragmentos del antígeno que infecta al cuerpo y presentar partes de este para “educar” a las células-T, que cazan y matan al patógeno.
Los monocitos tienen un rol diferente en el sistema inmunológico. Son los leucocitos más abundantes en la sangre y pueden formar lo que se conoce como macrófagos, que van al lugar de la infección y se comen a a los patógenos, eliminándolos del cuerpo.
“En este estudio los científicos han usado tecnologías de avanzada para encontrar que hay muchos más tipos de células de las que originalmente pensamos”, dice Divya Shah, de Wellcome, quien colaboró con el financiamiento del estudio. “El próximo paso es encontrar qué es lo que estos tipos de células hacen en nuestro sistema inmune, cuando estamos sanos y durante la enfermedad”.
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