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miércoles, 3 de mayo de 2017

Ella solo conoce al mundo a través de su ventana. Un día se asomó y tenía escrito un mensaje…

Cuando tu único contacto con el exterior acontece por medio de una ventana. Cuando no puedes respirar la brisa que corre entre los árboles, cuando el cielo no es tu techo, cuando tus pies nunca conocen el calor de la tierra; entonces, tu vida queda limitada. Eso es todo lo que conoce Vivian Keith, una niñita de solo dos años que padece leucemia linfoblástica aguda. Es un tipo de cáncer en el que la médula ósea produce demasiados linfocitos inmaduros.
Ella no conoce el mundo. Ha crecido en un hospital. En un estrecho cubículo que no le permite tener contacto con el exterior.
Vivian solo ve un pedacito del mundo a través de su ventana.
Desde allí, todos los días junto a su mamá observa detenidamente cómo transcurre la vida, mientras la de ella solo conoce de encierros.
Frente al hospital donde se halla ingresada están trabajando unos constructores levantando una armazón de hierro.
Vivian todas las mañanas los saludaba. Movía ligeramente su mano. Ese era su más cercano contacto con el resto de la sociedad.
Estos hombres, llamados Travis Barnes y Greg Combs, se sensibilizaron mucho con la niña.
Una mañana, cuando la mamá de Vivian y la pequeña se asomaron a la ventana, vieron el bello mensaje que dejaron estos dos hombres: Mejórate pronto.
Y este no fue el único gesto que ellos tuvieron con ella. Ambos hombres decidieron ir a visitarla. Conocieron a su familia.
Y le dejaron muchos juguetes a la niña.
Ellos estaban conmovidos al ver la vida que esta pobre niña ha llevado.

Pequeños gestos como estos pueden hacer la diferencia en el día a día de las personas. Para ayudar a los demás solo necesitamos una riqueza: la humana.

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