Mientras los «acusados» por ser homosexuales dan sus brutales testimonios, el gobierno de Chechenia -una República de la federación rusa- explica que «no se puede detener o reprimir a los homosexuales porque, simplemente, no existen en nuestra República». La negación por la existencia de una comunidad LGBT ya marca el camino de lo que es Chechenia para aquellas personas que pertenecen a la comunidad.
Según cuentan quienes vivieron en carne propia la represión, 100 hombres homosexuales fueron llevados a un campo de prisioneros donde son maltratados y torturados. Pero, además, se informó que desde el gobierno solicitan a las familias que maten a sus hijos homosexuales, si ellos no lo hacen las autoridades lo harán. De esta manera buscan «limpiar su honor».
Un hombre logró escaparse de Chechenia y esconderse en Moscú. No obstante, antes de salvarse estuvo preso y fue torturado. Vive en la capital rusa junto a otros cinco hombres que también tuvieron que escaparse para salvar su vida. No dan sus nombres ni quieren mostrar sus rostros: hacerlo podría significar el fin de sus vidas o de sus familias.
Mentir o morir
Se esconde tras una capucha, pero según informa Business Insider, en su rostro se ve una cicatriz enorme que recorre su mandíbula. Una marca de la persecución que vivió en Chechenia. Una cicatriz de la masacre que el gobierno está promoviendo.
«En Chechenia no tenía más remedio que mentir o morir», explicó. Por ese motivo decidió escaparse a Moscú. «Si alguno de mis parientes se da cuenta que soy gay, no dudarán un minuto en matarme», manifestó otro de los hombres que decidió irse de su hogar. Y agregó: «si no me matan, ellos van a ser asesinados por no defender el honor de la familia».
En Moscú hay una ONG para ayudar a la comunidad LGBT. Los 6 hombres que se escaparon recibieron ayuda desde la organizaciones. Además, explican que por día reciben 3 o 4 peticiones para irse de Chechenia.
«La red me ha dado un respiro. Pero esto no termina acá», explicó uno de los hombres. Contó que en octubre de 2016 fue llevado a un campo y en el camino fue golpeado por tres hombres vestidos con uniforme militar. «Filmaron todo. Me dijeron que el video terminaría en las redes sociales si no les pagaba», manifestó. Además, los soldados fueron a ver a su madre y le dijeron que su hijo era gay. «Estoy aterrado, no puedo dormir desde que me fui de allí».
Donde estuvo preso durante algunos meses, había otros hombres, recordó. «Algunos de ellos habían sido golpeados. Cuando me dieron el alta -en el hospital- decidí que debía salir rápidamente» de Chechenia.
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