Un amia calva abierta, limpia de vísceras y con la cabeza seccionada. Una señora está terminando de prepararla quitándole las escamas con un cuchillo, cuando de repente, el animal se vuelve contra ella como si intentase atacarla. Cada vez que la agarra, o le acerca el cuchillo, ocurre lo mismo. ¿Es un truco?
Este es el vídeo:
Os reísteis, ¿verdad? Pero no es una broma. Es real. Aunque el cerebro ya no esté en funcionamiento, o como en este caso, esté separado del cuerpo, durante un tiempo después de la muerte hay células que siguen manteniendo la capacidad de ser estimuladas. Durante ese tiempo, las neuronas motoras del músculo, (los nervios que crean el movimiento dentro del tejido y que se activan por señales eléctricas), todavía mantienen una polaridad provocada por las diferentes concentraciones de iones de sodio, potasio y cloro dentro y fuera de la célula.
El potasio tiene mayor concentración en el interior de la célula, y el sodio, por el contrario, tiene una mayor concentración en el exterior de la célula. Ambos iones, los de sodio y los de potasio, tienen carga positiva. Como en estado de reposo la célula tiene carga negativa en el interior, y positiva en el exterior, el gradiente eléctrico favorece que ambos iones entren a la célula. El gradiente de concentración, en cambio, favorece la entrada a la célula sólo a los iones de sodio. En el potasio, ambos gradientes, el eléctrico y el de concentración se compensa.
Cuando la neurona se activa con una señal eléctrica, se abren unos canales específicos en la membrana celular, que permiten el paso de los iones de sodio, que provocan un cambio de polaridad en el interior celular, que pasa a valor positivo. El equilibrio de gradientes del potasio cambia, y provoca que salga de la célula en respuesta al movimiento del sodio. Al hacerlo, el equilibrio eléctrico se restablece, volviendo a valores anteriores al inicio del proceso (negativo en el interior celular). Esto es lo que ocurre durante un estímulo nervioso.
El equilibrio en iones que han cambiado de lugar se consigue mediante la bomba de sodio-potasio, que mediante el consumo de energía almacenada en los ATPs celulares saca 3 iones de sodio y mete a la célula 2 de potasio.
Esta comunicación entre las neuronas motoras provoca una reacción en cadena que se mantiene (en presencia de estímulos) mientras que le sigan quedando ATPs celulares que mantengan la bomba de sodio-potasio en funcionamiento, y consecuentemente obteniendo contracciones musculares.
Los estímulos son recibidos por células sensitivas, que inician el estímulo nervioso, lo transmiten y producen movimientos reflejos (sin la intervención del cerebro) que activan las neuronas motoras según el proceso descrito anteriormente.
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