Los testigos del accidente han explicado como sucedió todo el pasado 23 de mayo en Torrejón de Ardoz
El pasado martes, un conductor se enfrentó a un anciano que cruzaba por un paso de peatones en Torrejón de Ardoz, Madrid, y acabó con su vida tras propinarle un puñetazo y hacerle caer gravemente. La agresión tuvo lugar después de que Ramón, de 81 años, le recriminase que no podía ir tan rápido por una vía pública. El joven conductor de 18 años, que aún lleva la «L», no paró para dejarle cruzar y lo esquivó ocupando el carril contrario para no arrollarlo. Tras el gesto del anciano, quejándose por no haber frenado, paró el coche unos metros más adelante y se bajó para agredirle, con la mala fortuna de que el hombre al caer al suelo se dio un fuerte golpe en la cabeza. Ramón entró enseguida en parada cardíaca, sin poder ser reanimado. Los testigos que vieron los hechos han explicado a ‘ABC’ lo sucedido.
«¿Qué haces, hombre? ¿Cómo se te ocurre golpear de esa manera a un abuelo? Ni a él ni a nadie», le dijo un ciudadano cuando presenció la agresión. Otros testigos han explicado: «la actitud del piloto era chulesca, le oímos decir que tenía prisa porque su padre había muerto y parecía que se iba a encarar con quien le hablase». Por otro lado, alguien escuchó a la mujer que viajaba con el agresor de copiloto, que se bajó con él y le dijo: «venga, vámonos, que bastantes problemas tenemos ya». Después de noquear al hombre, subieron de nuevo al coche y se dieron a la fuga sin la más mínima intención de ayudar al indefenso anciano. «Pensé que el chico le había arrollado y había parado para ayudarle y llamar a emergencias», ha afirmado una vecina. «Ha sido una muerte absurda. El piloto tuvo que invadir el carril contrario para no atropellar a la víctima, a la que no debió de ver, ya que los toldos de la terraza de un bar tapan la calzada. Para colmo, se golpeó en la cabeza sobre el resalte» detallaba otro testigo. Tras el trágico accidente y al ver que habían conseguido cogerle la matrícula del coche, un Citroën C3 de color azul, el culpable de los hechos decidió entregarse a la policía la misma tarde. Sin embargo, siguen buscando a la mujer que lo acompañaba.
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