El Parque Nacional Kaziranga, en el noreste de India, es todo un éxito de conservación, ya que desde su inauguración el lugar pasó de tener un puñado de rinocerontes a más de 2.400 ejemplares. De esa manera, alberga a más de dos tercios de la población mundial de esta especie.
Sin embargo, los métodos utilizados para proteger a los animales generaron controversia, ya que los guardias del parque estan autorizados a disparar y matar a los cazadores; se trata de una clase de permiso que normalmente solo poseen las fuerzas armadas y la policía de ese país.
Según la BBC, desde la implementación de esta política en 2015, ya se mataron más personas que animales, ya que el número de rinocerontes asesinados pasó de de 20 al año a 17, mientras que se contabilizaron 23 personas muertas.
Esta regla es festejada en muchos países, ya que por ejemplo en Vietnam y China es más alto el valor del cuerno que el oro, por ser considerado un objeto con propiedades milagrosas, capaces de curar el cáncer y la disfunción eréctil.
Además del permiso para “acabar” con los cazadores, el Gobierno otorgó a los guardias del parque poderes extraordinarios que les brindan protección si los acusan de matar gente dentro de los perímetros de la reserva.
Según Avdesh, uno de los trabajadores del lugar, “la instrucción es que cuando veamos a un cazador, saquemos las armas y lo persigamos”, algo que los críticos tildan de una “ejecución extrajudicial”.
“Primero les damos una advertencia: ¿quién eres? Si ellos disparan, nosotros tenemos que matarlos”, afirmó el director de la reserva, Satyendra Singh.
Paralelo a esta medida, el gobierno derribó y desplazó comunidades dentro y cerca del parque, para poder duplicar su tamaño, lo que generó violentas protestas que finalizaron con dos personas muertas.
Con el objetivo de ampliar las fronteras del parque y alojar más animales, las autoridades utilizaron excavadoras y elefantes para derrumbar casas de la población del lugar.
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