Olvídate de las rosas, los chocolates y las cenas a la luz de las velas. En el Día de San Valentín, esas son cosas aburridas – al menos de acuerdo a los estándares de los estándares romanos.
Imagínate a hombres semidesnudos corriendo por las calles utilizando tangas hechas de piel de cabra recién cortada, flagelando a mujeres. Aunque puede sonar como un ritual sadomasoquista, es la forma en que los romanos lo festejaban, al menos hasta el año 496 d.C.
Mediados de febrero era el momento de Lupercalia (el Festival del Lobo). Celebrado el 15 de febrero en la falda del Monte Palatino, junto a la cueva donde, según la tradición la loba había amantado a Rómulo y Remo. Esencialmente el festival era un rito de purificación y fertilidad.
Dirigido por los Luperci, o ‘hermanos del lobo’, el festival comenzaba con el sacrificio de dos cabras macho y un perro, su sangre era derramada en los rostros de los iniciado de Luperci y después era limpiada con lana bañada en leche. Después de cortaban tangas de la piel de las cabras sacrificadas y los iniciados corrían por las calles flagelando a mujeres para promover la fertilidad.
En el 496 el Papa Gelasio I prohibió el salvaje festival y declaró el 14 de febrero como el día de San Valentín. Pero, ¿quién era San Valentín? El misterio rodea la identidad del santo patrono de los amantes.
De hecho, ha habido tanta confusión al respecto, que el vaticano retiro el Día de San Valentín del calendario de la iglesia católica en la década de los 60.
Hubo al menos tres personajes famosos con el nombre de Valentín en el siglo 200 dc y todos murieron terriblemente.
Uno fue un sacerdote del imperio romano que ayudo a los cristianos perseguidos durante el reinado de Claudius II. Cuando lo aprisionaron, hizo que una mujer ciega recuperara la vista, ésta se enamoró de él. Lo decapitaron el 14 de febrero.
Otro fue el piadoso obispo de Terni, quien también fue torturado y decapitado durante el reinado de Claudius II. El tercer Valentín casaba en secreto a parejas, ignorando la prohibición al matrimonio de Claudius II. La leyenda cuenta que cuando fue arrestado, se enamoró perdidamente de la hija de su captor.
Antes de su morir a golpes y decapitado, escribió una nota de despedida a su amada que decía:
de tu valentin.
Además de la leyenda, la primera conexión entre el romance y el 14 de febrero es de Geoffrey Chaucer (1340-1400), el poeta ingles y autor de Los Cuentos de Canterbury. En su poema “Parlamento de las Aves” (1382), Chauncer sugirió que el Día de San Valentín era el tiempo cuando las aves elegían a su pareja.
Unos 33 años después, el Duqué Carlos de Orleans escribió lo que se considera el la carta de
Valentín más antigua de la existencia. Aprisionado en la Torre de Londres tras ser capturado por los ingleses, el noble francés escribió en 1415 a su esposa, Bonne d’Armagnac, una carta de amor en rima, que ahora puedes ver en la Biblioteca Inglesa de Londres.
"Je suis déjà d'amour tanné. Ma très douce Valentinée."
(Ya estoy enfermo de amor, mi muy delicado Valentín.)
Fue un amor intenso aunque desafortunado: Bonne d'Armagnac nunca lo volvería a ver, ya que murió antes del regreso de Carlos a Francia en 1440.
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