Los burros son animales que han acompañado y ayudado al hombre durante miles de años, aunque ahora su situación comience a ser crítica. La culpa la tiene el “Ejiao”, un tipo de gelatina a base de piel de burro cuya demanda está matando a millones de burros cada año, sacrificados para la obtención únicamente de esta sustancia.
El Santuario de los Burros de Reino Unido ha calculado que al año se comercia con la piel de casi dos millones de burros, solo una estimación por lo bajo, porque el número podría llegar incluso a los diez millones. Como ya pudimos ver a Wild Frank en la última temporada al rescate de animales, el tráfico ilegal afecta desde burros hasta orangutanes. El problema es que el comercio de este tipo de producto es muy difícil de controlar, especialmente por el poco conocimiento que se ha tenido hasta le fecha de su existencia a tan gran escala.
Para entender el origen del Ejiao tenemos que irnos hasta la medicina tradicional de China. Esta corriente asegura que la piel de burro ayuda a detener hemorragias, beneficia al riego sanguíneo y además humidifica sus pulmones
Actualmente África es el principal exportador de burros, aunque países como Burkina Faso y Nigeria ya se han negado a seguir vendiendo burros a Asia, parece que es una tendencia que se va a expandir por todo el continente africano. Además de la gran amenaza que supone para los burros, el aumento de su demanda también supone un incremento de su precio. De esta forma las familias que necesitan a estos animales para trabajar en el campo tienen cada vez más difícil el acceso a ellos.
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