Roberto es un hombre soltero de 48 años que ha denunciado al puticlub “Gatas Salvajes” por discriminación.
A parecer las mujeres no habían querido prestarle sus servicios al hombre y, según el demandante, ninguna de las 8 veces que había acudido a “Gatas Salvajes” había conseguido que ninguna de las chicas le prestara atención. El hombre dice sentirse discriminado por no haber conseguido servicios sexuales pese a su insistencia.
Roberto comentó a los medios entre lágrimas que “En una ocasión me llegaron a decir que aquello era un Hotel y las chicas se hicieron pasar por limpiadoras para no estar conmigo. No hay derecho“.
Al recibir dicha denuncia, el dueño del club de alterne alega que “Nuestro negocio se reserva el derecho de admisión, si ninguna de las niñas quiere ofrecer servicio a ese cliente yo no puedo hacer nada”.
Roberto ha declarado como sentencia que jamás volverá a dicho club y que “Creo que al final me compraré una muñeca, espero que al menos ella no me diga que no”.
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