El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), integrado por una persona y con sede en Inglaterra, calcula que durante el mes de marzo al menos 2.826 personas murieron por la guerra en Siria.
La cifra es similar a la de febrero, cuando hubo 2.854 fallecidos.
Según la ONG, dentro de ese recuento hay al menos 858 civiles, de los que 141 eran menores de edad y 131 mujeres.
“Para el día de hoy, de acuerdo con los datos para el período de agosto de 2014 a febrero de 2017, la coalición llevó a cabo unos 18.600 ataques aéreos (…) En este período el número total de posibles muertos entre civiles es de 396 personas”, dice el comunicado del mando central, según difundió Sputniknews.
Opositora al gobierno de Asad, el OSDH dice que de todos los civiles 288 perecieron por los bombardeos de la aviación gubernamental siria y la rusa; 76, por disparos de proyectiles de las fuerzas del régimen y siete por torturas en las cárceles del presidente sirio.
Otras 31 personas fallecieron por el impacto de proyectiles de facciones rebeldes e islámicas, y otras siete por el grupo Estado Islámico (EI), mientras que unas 15 fueron asesinadas por el EI y cinco por facciones islámicas.
Además, 14 civiles perdieron la vida por bombardeos turcos y disparos de la guardia fronteriza turca, así como otros 281 perecieron por bombardeos de la coalición internacional, liderada por EE.UU., y cuatro por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por milicias kurdas.
En esta suma, otros 57 ciudadanos fallecieron en atentados con coches bomba y perpetrados por suicidas que llevaban adosados a sus cuerpos cinturones de explosivos.
Otras ocho personas perecieron por falta de medicinas y 46 por la explosión de minas.
Los 19 restantes sucumbieron por motivos que desconoce el Observatorio.
A estas víctimas se suman 43 ciudadanos oriundos de Irak y chiíes que murieron en dos explosiones en el centro de Damasco, reivindicado por el EI.
En el bando que defiende Siria del fanatismo fundamentalista, murieron 304 miembros de las fuerzas regulares, 407 integrantes de milicias progubernamentales sirias, 5 combatientes del grupo chií libanés Hizbulá y 21 guerrilleros chiíes de otras nacionalidades.
Entre los terroristas, unos 426 integrantes de las diferentes facciones rebeldes, entre ellas las FSD, perecieron. Se suman a los 762 integrantes de grupos radicales, entre ellos el EI y el Organismo de Liberación del Levante (agrupación creada en torno a la exfilial siria de Al Qaeda) perdieron la vida.
Siria es desde hace casi seis años escenario de un conflicto que ha causado más de 260.000 muertos, tras la intervención internacional que apoyó a los rebeldes a la dictadura de Al Asad. El transcurrir del conflicto ha generado que la oposición al gobierno fuera tomada por el Estado Islámico y el Frente Al Nusra, quienes se han hecho famosos por la crueldad en sus métodos. Dichos grupos han recibido el apoyo directo e indirecto de Turquía, EE.UU., Francia e Inglaterra.
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