Os debemos advertir que el artículo a continuación tiene imágenes que podrían resultar perturbadoras para algunos lectores.
Os hablamos del año 2011 cuando la policía tuvo que registrar la casa de Anatoly Moskvin. Se trataba de un académico muy conocido, e
xperto en cementerios y escritor. La policía solamente quería charlar con Anatoly ya que necesitaban de su asesoría en un caso en el que se encontraban trabajando, pero una vez que le echaron un vistazo al apartamento del mismo, no pudieron dejar de sospechar de él.
Una investigación posterior desveló algunos de los crímenes más perturbadores y retorcidos de la historia de Rusia.
Este hombre de 45 años de edad vivía en un apartamento que era bastante pequeño, y las paredes del mismo estaban cubiertas de estanterías llenas de ropa de colores para niños, juguetes y libros. Pero a la policía los objetos infantiles fueron los que les levantaron sospechas, y se preguntaron: ¿Por qué un hombre sin hijos tiene estas cosas en casa?
La policía encontró en una de las habitaciones varias muñecas de tamaño natural, cuidadosamente vestidas, sobre el sofá, las sillas y el suelo.
Pero la extraña apariencia y el olor de las muñecas despertaban curiosidad. Al momento de examinarlas de cerca lo que descubrieron fue algo escalofriante.
No se trataba de muñecas sino de cuerpos momificados. Este hombre fue arrestado inmediatamente y todo el país se enteró de su espantoso secreto. Este hombre había visitado durante más de 10 años cementerios en medio de la noche y de esta forma excavar las tumbas de niñas y mujeres que habían sido enterradas recientemente. Se las llevaba a casa y las momificaba y en caso tal de que no resultara las regresaba a las tumbas.
Anatoly colaboró con las autoridades y de la misma forma confesó en ese momento de haber exhumado a por lo menos 150 cadáveres. De esos, solamente conservó 29 ya que los había logrado momificar de forma exitosa. Embalsamaba los cuerpos frotándoles sal y bicarbonato de sodio. Una vez que estaban secos, los rellenaba de trapos.
Este hombre se hijo famoso y le pusieron el nombre de “el Fabricante de Muñecas” (The Doll Maker), y los escalofriantes detalles de su terrible pasatiempo salieron a la luz. Hacía máscaras de cera y les pintaba la cara con esmalte de uñas.
También las vestía para celebrar cumpleaños o tomar té. Incluso, una que otra tenía ciertos mecanismos para hacerlas hablar y que estas parecieran más reales. Pero lo que si afirmó es que, nunca había tenido ningún tipo de contacto corporal con ellas, simplemente había tratado de darles el regalo de la vida eterna.
En el proceso de investigación, las autoridades le pidieron a este hombre que explicara su macabra fascinación por las momias. Entonces contó que a los 13 años perdido a una amiga muy querida, Natalia, de 11 años de edad. Había asistido a su funeral y lo habían obligado a darle un beso de despedida. Fue una experiencia que afectó su psique profundamente.
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