magina comer sólo 15 comidas durante toda tu vida. Suena a locura, pero es el caso de Johanna Watkins de sólo 29 años que es alérgica a todo, lo que oyes, todo. Si tuviéramos que escribir en una agenda los agentes que hieren a esta estadounidense, necesitaríamos más de 1,000 páginas.
Su historia aterra, ya que esta enfermedad mortal la empezó a acosar hace apenas unos años, antes no sufría ningún síntoma. Todo empezó en 2012 con una reacción al gluten o a la leche, unida a unas simples ronchas y estornudos que acabaron con un organismo que reacciona de forma violenta incluso ante la presencia de su marido, Scott Watkins. Todo se salió de control hasta convertirse en una espiral de aislamiento personal.
Es, literalmente, una alergia común multiplicada por 1,000 que fue reconocida en 2007. Tras visitar más de 30 especialistas, le diagnosticaron la enfermedad catalogada como “Síndrome de Activación Mastocitaria”, única en el globo según National Center for Advancing Translational Sciences.
En lugar de protegerte, tu sistema inmunológico te ataca constantemente, ya que su cuerpo entra en estado de anafilaxia, reacción alérgica mortal. Los 15 alimentos que sólo puede ingerir también le causan reacción alérgica, pero al menos no la matan, aunque está yendo a peor: desarrolla reacciones alérgicas a los químicos naturales y a los olores corporales que las personas liberan.
Las únicas personas que la pueden rodear son las más cercanas en su ADN, es decir, sus hermanos. Ni padres ni marido pueden acercarse a ella, o su sola presencia la enfermaría gravemente en sólo 15 minutos hasta dejarla inconsciente.
(Actualmente la pareja sobrevive hablando por Skype dentro de la misma vivienda)
¿Cómo es su vida? Vive en una habitación aislada en la planta principal de su casa, mientras que su marido lo hace en el nivel superior teniéndose que comunicar vía Skype. Eso sí, el espacio donde se encuentra está presurizado, ya que incluso las caídas en la presión del aire pueden provocar una reacción en ella. De hecho, hace un año y medio que no besa a su marido, por salud.
Parece que Johanna ha probado de todo, incluso la quimioterapia, lo que aún no le ha causado un efecto positivo. Esperemos haya futuro para esta angustiosa enfermedad.
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