El Tribunal Superior de Justicia de Madrid considera en su sentencia que Catalina Díaz es responsable de un delito de asesinato en grado de tentativa, agravado además por ser la madre del bebé al que pocos días después de su nacimiento metió en una bolsa de deporte y la arrojó en un contenedor.
Aunque durante el juicio la mujer declaró sentirse arrepentida, el juez considera que actuó de forma premeditada y que de no ser por los vecinos que escucharon su llanto, el bebé hubiese muerto de asfixia o por algún politraumatismo en el momento en el que se vaciara el contenedror.
Al ser encontrado, según el relato de uno de los agentes, el bebé tenía la piel totalmente transparente y no reaccionaba a ningún estímulo externo. Fue en el Hospital de Alcalá de Henares, cuando se consiguió estabilizarle.
En la condena, además de la pena de 14 años de cárcel se prohíbe a la mujer que se acerque al menor a una distancia inferior a 500 metros.
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