Dentro de nuestra humanidad, podemos encontrar distintos rasgos y valores positivos que nos hacen unos buenos seres humanos. Entre estos rasgos se encuentra el aprecio por la vida. Esto es precisamente lo que mostró el fotógrafo Corey Hancock, después de haber rescatado a un moribundo osezno durante una excursión en Oregón.
Carey, se encontraba haciendo una excursión en los bosques de Oregón y vio un diminuto osezno a punto de morir en la lluvia.
Según Corey, él creía que estaba muerto hasta que lo vio respirar débilmente. El osezno se encontraba tumbado en su espalda, y tenía los labios azules.
Corey lo recogió del piso y corrió hasta su auto con la terrorífica idea de que en algún momento del trayecto una furiosa mamá osa lo atacaría, pero no sucedió.
El osezno fue llevado a un veterinario y se encuentra recuperándose. Y para fortuna de Corey, este no recibió una multa por parte del departamento de caza y pesca local, los cuales penalizan por ayudar a un animal salvaje con US$ 6,000.
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