TRAS SU MUERTE, NUEVE DE CADA NUEVE TÉCNICOS DE LAVADORAS RECOMIENDAN CALGÓN
La frase “nueve de cada diez técnicos recomiendan Calgón”, popularizada por los anuncios de dicha compañía, dejó ayer de tener sentido cuando la Guardia Civil, alertada por la llamada de un vecino, encontró el cadáver de Juan Gómez Rivero. Rivero, técnico de lavadoras desde hacía 36 años, era conocido por ser el único de entre otros diez técnicos que no recomendaba los productos de la marca.
Josefa Espinosa Bermúdez, viuda de la víctima, asegura que su marido ya había sufrido amenazas de parte de otros técnicos de lavadoras. “Juan era valiente y nunca dio importancia a las amenazas y se mantuvo siempre firme contra Calgón”, asegura. “Él insistía en que su enemigo era la cal, no sus compañeros” añade entre lágrimas.
La Policía sospecha de dos técnicos con antecedentes que se han centrifugado
El cuerpo fue encontrado en un descampado cercano al barrio de Villaverde, maniatado y con la boca llena de pastillas de marca blanca para lavadora. “A ver si estas te gustan más, mamón”, se leía en la nota que los agresores habían dejado sobre el cadáver. En un muro cercano, además, habían realizado una pintada con la inscripción: “Quien duda de su poder limpiador, paga”.
La compañía, por su parte, ha asegurado que siente muchísimo lo ocurrido y promete que no conoce quién puede estar detrás del presunto asesinato de Gómez Rivero. La empresa ha asegurado que le concederá a la viuda una pensión vitalicia a base de detergente, suavizante y pastillas con microperlas “para una limpieza a fondo de las prendas más delicadas”.
El asesinato de Juan no es el primer suceso de estas características que ocurre en nuestro país. En 1997, Carmen Estrada, la mujer que prefería quedarse con su detergente de siempre en lugar del que le ofrecía un desconocido en traje, perdió a dos de sus hijas en un accidente de coche después de que el automóvil fuera saboteado con jabón.
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