Al llegar en tren a Todmorden, lo primero que encuentra el visitante al salir de la estación es un suculento mapa de todos los cultivos que se tienen a mano junto a una consigna en inglés: ¡Help yourself! (¡Sírvase usted mismo!).
Y es que en el pueblo se ha formado una red de 280 voluntarios que se turnan y dedican dos mañanas al mes a cuidar de los cultivos que son comunitarios. Todo el mundo (incluidos los turistas) pueden servirse gratis y a placer cuando llega la hora de la cosecha.
"Si queremos maíz dulce o cebollas japonesas, no tenemos más que acercarnos a los lechos de cultivo de la policía local. Si queremos hierbas medicinales, habrá que ir a la apoteca natural que crece junto al hospital. En la puerta del teatro crecen las tomateras. Junto a la iglesia unitaria, en la colina más alta del pueblo, se prodigan las coles y las acelgas", dicen las mujeres de Todmorden.
El Ayuntamiento ha cedido el solar del viejo hospital, junto al río, donde han echado raíces los primeros árboles del gran jardín comestible, con la ayuda de los trabajadores de VolkerStevin y de Considerate Constructors.
En el aparcamiento del nuevo hospital, sobre varias camas de cultivo, crece el herbolario local: equinácea para fortalecer las defensas, achicoria para el aparato digestivo, romero para las enfermedades respiratorias, caléndula para las curar las infecciones, entre otras.
Las ocho escuelas del pueblo se han hecho también "increíbles y comestibles". Además, el programa Every Egg Matters está llenando Todmorden de gallinas, con el objetivo de llegar en el 2018 a una producción de 30.000 huevos semanales, suficientes para todo el pueblo.
Al principio, los comerciantes los miraban con recelo y pensaban que esta iniciativa les iba a arruinar el negocio, pero ahora el 46% de los negocios locales han crecido, atrayendo a mucha más gente
Este pueblo ha logrado no solo alimentos, sino también hacerle frente a la crisis y el desempleo, reverdeciendo las calles y reactivando el poder de la comunidad local.
De esta manera, Incredible Edible, da nombre a una auténtica revolución de la agricultura urbana impulsada, en su mayoría, por mujeres. Cuenta con una red de 200 grupos repartidos por todo el planeta: de España a Australia, de Mali a Burkina Faso. La idea ha germinado y continúa creciendo...
Si movilizamos a las comunidades locales, ¡nos espera realmente un futuro increíble!
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