Hay encuentros que están predestinados a darse; y aunque algunos los crean imposibles, sencillamente ocurren. Así sucedió en Arizona, Estados Unidos, cuando un pequeño conejo, de solo dos semanas de edad, apareció dentro de un recinto de tortuga en el Ritz Cartlon Dove Mountain Resort.
Nadie supo cómo llegó hasta allí, pero se encontraba muy débil; tanto que sería incapaz de poder sobrevivir al frío de la noche.
Pero el pequeño tuvo surte y se metió en el hogar de Wamba, una tortuga africana que lo protegió durante la noche.
Al día siguiente, el cuidador encontró al conejo con hierbas alrededor de su cuerpo; como si su nuevo amigo lo hubiera arropado con plantas. De hecho, como señaló: “Mientras algunos cuidadores trataban de limpiar el conejo de restos vegetales, la tortuga se volvió muy sensible a sus acciones, emitiendo gruñidos y gemidos en una clara demanda por el cuidado suave de su recién encontrado amigo”.
Actualmente, un grupo está ocupándose de alimentarlo y cuidarlo, pero su amigo claramente, le ha salvado la vida.
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