Tras fingir la repentina muerte de su hija cuando viajaban en un autobús, las indagatorias hacia una pareja británica descubrieron que ellos mismos la habían asesinado por lo que ahora deberán cumplir una condena de 14 años de prisión.
Todo ocurrió cuando Rosalinda Baker, de 25 años, y su esposo Jeffrey Wiltshire, de 52, planearon lo que creerían el escenario perfecto para justificar la muerte de la bebé de tan solo 3 meses de nacida.
La pareja subió al autobús desde donde minutos después llamarían al servicio de emergencias para asegurar que la pequeña Imani Wiltshire había muerto durante su recorrido en el transporte.
Después de darle indicaciones de primeros auxilios para reanimar a la menor, finalmente llegaron a las autoridades quienes tras varios meses de investigación descubrieron que fueron sus propios padres quienes la habían matado.
Según la policía, Imani murió en su casa 24 horas antes; la autopsia reveló que tenía 40 fracturas de costillas, una muñeca y cráneo rotos provocados por jalones, apretones y haberla lanzado contra una superficie.
Aunque los hechos ocurrieron en septiembre de 2016, fue recientemente que los criminales fueron condenados.
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