Hay pocas historias de amor tan maravillosas como la que protagonizan esta pareja de ancianos estadounidenses llamados Maxine y Don. Ambos se conocieron en 1952. Fue todo un flechazo, por lo que no tardaron en formar su propia familia i adoptaron dos niños. Sin embargo, lo más sorprendente es que tras 62 años de matrimonio los dos seguían enamorados como el primer día. Esta pareja acabó ingresada al mismo tiempo en el hospital, y permanecieron juntos hasta el último momento.
Poco antes de fallecer Maxine, su marido pronunció unas breves palabras que están conmoviendo al mundo: «Esta es mi bella esposa» y después le dedicó la más cariñosa de las sonrisas a su mujer. Fueron las últimas palabras que Maxine escuchó. Pocas horas después Don murió, aún cogido de la mano de su mujer. Un conmovedor ejemplo de un amor sin temor a nada, ni siquiera a la muerte.
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