Muchos os habréis percatado que en los hospitales los ascensores no tienen espejos y esto tiene una explicación. No hay nada peor que tener que pasar una temporada y larga en el hospital y eso se hace pesado tanto para el paciente como a la familia y amigos. Por este motivo, los centros médicos quieren hacer esta mala experiencia más llevadera y sobre todo en los casos en los que el paciente padece una enfermedad grave.
Según Cuanto Daño, un estudio del departamento de psicología de la universidad de Arizona reflejaba que el hecho de que no hubiera espejos en los ascensores contribuía muy positivamente al ánimo de las familias. Esto hace que al no verse reflejados en un espejo mientras suben o bajan de ver a un ser querido que está pasando una mala situación, no ven cómo se sienten en ese momento y la tristeza que embarga su alma, cosa que aún les haría sentirse peor.
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