Una mujer estadounidense llamada Paula D’Amore había pensado mucho en su parto pero jamás se iba a imaginar que un momento tan especial como ese se produjera en un garaje, tal como explica Gonzoo.
La joven que reside en el estado de Florida dio a luz a su hija Daniela en el aparcamiento de un hospital este pasado mes de abril. Según relata la protagonista, «mi marido echó a correr para pedir ayuda, pero yo le dije que viene y su cabeza empezó a asomarse». En ese momento, su marido ejerció de enfermero hasta que las trabajadoras del Boca Raton Regional Hospital le tomaron el relevo y la subieron a planta.
La sorpresa vino siete meses después, cuando recibieron una factura por valor de 7.000 dólares (aproximadamente 6.300 euros) donde constaban unos 1.8000 euros que correspondían a la sala de parto que no había utilizado. Tal como ella misma explica, «sabía que era responsable de 5.000 dólares aunque nunca necesitó ese servicio. Voy a pagar la factura, ese no es el problema, el problema es que el cargo es indignante».
Cabe destacar que esta no es la primera vez que los precios de la sanidad estadounidense desatan un debate en el país. A principios de octubre, sin ir más lejos, unos padres se vieron obligados a pagar unos 40 dólares por abrazar a su hijo a causa del famoso «skin to skin»
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