Naoto Matsumura es «el último hombre de Fukushima». Se trata del único habitante que todavía vive en la zona declarada como mortal debido a la contaminación radiactiva del reactor que desencadenó el accidente nuclear. Matsumura ha decidido exponerse a una muerte lenta por un objetivo conmovedor.
El día de la catástrofe de Fukushima, Matsumura dio media vuelta para buscar a los animales que tenía en su granja. En el camino se encontró con una gran cantidad de animales que estaban en los alrededores: perros, gatos, caballos, patos, cerdos, vacas e incluso un avestruz. Sus dueños los habían dejado huir después del accidente, presos del pánico. Algunos todavía llevaban el collar que los identificaba. Matsumura no pudo suportar ver los animales desesperados de hambre y de sed y tomó una decisión muy delicada: regresar cada día a Fukushima para alimentarlos. Aunque eso le costara ir muriendo poco a poco.
Cuatro años después, Matsumura sigue alimentado a los animales abandonados y a sí mismo a través de las donaciones que recibe de diferentes lugares del mundo. «Hemos sido abandonados por nuestro gobierno, pero los animales y yo permanecemos aquí», ha asegurado en una entrevista. Matsumura está determinado a cumplir su propósito: permanecer en su tierra mortal para recordar a todos aquellos que no fueron rescatados.
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