Una mujer de Adelaide, al sur de Australia, encerró a sus catorce gatos en su vivienda tanto tiempo que se empezaron a comerse entre sí. Sólo uno de ellos sobrevivió y su estado es delicado. La propiedad, situada en Woodville West, fue allanada por miembros de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad de Animales (RSPCA, por sus siglas en inglés) quienes descubrieron los cuerpos de los gatos en estado de composición. En pésimas condiciones hallaron a Trooper , el único superviviente.
La dueña de la casa -que sufre problemas mentales- fue imputada por crueldad animal por la Corte de Magistrados del Puerto de Adelaide. La jefa del operativo de RSPCA, Andrea Lewis, quedó devastada tras ver el escenario con el que se encontró en el interior de la propiedad, ya que los cadáveres de los otros trece gatos estaban diseminados por el suelo y los sillones de la vivienda.
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