Aunque aún no pasó ni un año desde que el fenómeno de "El Niño" afectara al mundo (el último ocurrió entre 2015 y 2016), los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y de otras organizaciones prevén que pueda comenzar nuevamente antes de terminar el 2017. Según se sostuvo, existe un 50% de probabilidades de un Niño en la segunda mitad del año.
Aún si el nuevo fenómeno fuera muy leve, podría afectar los patrones del clima de todo el mundo: generar condiciones más húmedas en el sur de Estados Unidos, o sequías en algunas partes de Asia, África y América. También, podría incidir en las temperaturas del mundo, contribuyendo a su aumento.
Según los científicos, un regreso de El Niño en tan poco tiempo (tres años) solo ha ocurrido solo una vez, en la década de 1960. Pero estos pronósticos deberían fomentar una planificación y una prevención para estar preparados.
¿Qué es "El Niño"?
El llamado "fenómeno El NIño" sucede cuando el agua tibia en el Pacífico del Ecuador se desplaza y genera una zona muy cálida en las aguas del Pacífico central y oriental; provocando calor y humedad que incide sobre los vientos de gran altitud que rodean a la Tierra, y las precipitaciones. El fenómeno contrario, de enfriamiento de las aguas superficiales, se conoce como "La Niña". El ciclo entero (fase cálida y fría) dura generalmente entre 3 y 7 años; y puede ser muy variable en su duración e intensidad.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Lluvias intensas; muerte de especies que no sobreviven al cambio de temperatura; brote de algunas enfermedades como el cólera; pérdidas pesqueras; intensa formación de nubes; cambios en el clima (más húmedo o más seco), y, por ende, por ejemplo, más inundaciones en algunas regiones.
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